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En nuestra vida diaria, los conflictos son inevitables. Aparecen en el hogar, en la escuela, en el trabajo e incluso dentro de nosotros mismos. Pero, ¿sabías que no todos los conflictos son negativos? Cuando sabemos cómo enfrentarlos adecuadamente, pueden convertirse en una poderosa oportunidad de crecimiento personal y colectivo.

En este blog exploraremos el tema de la resolución de conflictos a través de tres subtemas esenciales: su definición, los tipos que existen y las fases por las que atraviesan. ¡Sigue leyendo y descubre cómo mejorar tus relaciones y habilidades sociales!

¿Qué es un Conflicto?

Un conflicto es una situación en la que dos o más personas tienen diferencias de intereses, opiniones, valores o necesidades que entran en choque. Estas diferencias pueden generar tensiones, malentendidos o incluso enfrentamientos si no se manejan correctamente. Pero atención: el conflicto no siempre es sinónimo de pelea o agresión. Es parte natural de cualquier interacción humana, y cuando se aborda de manera positiva, puede generar cambios valiosos y fortalecer los vínculos.

Tipos de Conflictos

Los conflictos no son todos iguales. Conocer sus tipos nos ayuda a entender mejor la situación y elegir la mejor estrategia de resolución:

1. Conflicto Intrapersonal: Ocurre dentro de una misma persona, cuando hay dilemas internos, inseguridades o decisiones difíciles por tomar.

2. Conflicto Interpersonal: Se da entre dos o más personas, por malentendidos, diferencias de personalidad o intereses enfrentados.

3. Conflicto Grupal: Involucra a varios miembros dentro de un grupo (como una clase, equipo de trabajo o familia). Puede surgir por roles mal definidos, competencia o comunicación deficiente.

4. Conflicto Organizacional o Institucional: Aparece cuando hay problemas entre diferentes áreas o niveles de una institución. Suelen estar relacionados con normas, jerarquías o distribución de recursos.

 Comprender el ciclo de vida de un conflicto nos permite intervenir en el momento adecuado para evitar que escale:

1. Fase Latente

El conflicto todavía no se ha expresado, pero ya existen tensiones o diferencias que podrían desencadenarlo.

2. Fase de Confrontación

Los involucrados manifiestan abiertamente el desacuerdo. Aquí pueden surgir emociones intensas y malentendidos.

3. Fase de Escalada

Si no se gestiona, el conflicto puede crecer y empeorar la relación entre las partes.

4. Fase de Resolución

Es el momento en que se buscan soluciones o acuerdos a través del diálogo, mediación o negociación.

5. Fase de Posconflicto

Se analiza lo sucedido y se establecen medidas para prevenir que el conflicto se repita. También es clave para restaurar la confianza.

¿Y tú, cómo sueles reaccionar ante un conflicto?

Si te interesa profundizar más sobre este tema, no te pierdas nuestros próximos contenidos con herramientas prácticas, dinámicas y estrategias efectivas para resolver conflictos paso a paso.

https://youtu.be/suEEt3NWvKI?si=vwTMnccOG8p-a9DM